En la variedad está el gusto y esta tarta es de las que hay muchas y variadas recetas, con cocción, sin cocción, frías, calientes, más sencillas, más complicadas, pero todas gustan un poco más o un poco menos.
Hoy he probado esta versión que me ha gustado mucho y comparto con todos vosotros.
INGREDIENTES:
1 paquete de galletas María o tipo digestive.
100g de mantequilla.
1 cucharada de agua.
450 g de queso para untar.
120 g de azúcar.
250 ml de leche.
3 sobres de cuajada en polvo.
1 bote de mermelada de frambuesa.
Frutos rojos.
1 hoja de gelatina.
ELABORACIÓN Y COCCIÓN:
Precalentamos horno a 180 grados y dejamos la mantequilla troceada a temperatura ambiente.
Trituramos las galletas, añadimos la mantequilla y la cucharada de agua hasta obtener una mezcla homogénea.
La vertemos en un molde redondo desmontable de 25 cm forrado con papel de horno en la base.
Presionamos y cubrimos bien el fondo y las paredes del molde para que quede una masa uniforme, reservamos 10 minutos en el congelador para que nos quede bien compacta.
Mientras preparamos la mezcla del queso con el azúcar, leche y cuajada hasta que os tengamos una mezcla sin grumos y homogénea.
La vertemos en el molde sobre la base de las galletas.
La horneamos durante 25/30 minutos a 180 grados dependiendo de la fuerza del horno, sabremos que esta lista cuando el centro de la tarta esté cuajado.
La retiramos y dejamos enfriar totalmente sobre una rejilla.
Transcurridas dos o tres horas la desmoldamos y colocamos sobre la fuente de servicio.
Calentamos a fuego lento el bote de mermelada elegido, yo de frambuesa y sumergimos una hoja de gelatina en agua fría para hidratar.
La añadimos bien escurrida a la mermelada caliente, removemos y vertemos sobre el queso.
Una vez bien cubierta con la capa de mermelada procedemos a la decoración a vuestro gusto.
Dejamos reposar en nevera para que esté más sólida y probamos.......Ummmmm!!!!
